Hallé esta nota de la agencia francesa AFP sobre la supervivencia del racismo en Cuba, uno de los problemas que trata es sobre el censo que en buena medida no refleja la verdadera proporción de negros y blancos. Muchos mulatos claros o casi blanco, optan por "desteñirse" más y aceptan la apreciación subjetiva de quien los inscribe, o si no, dicen que son blancos, como si no tuvieran padre o madre o abuelos mestizos.
El racismo: un problema latente en la negriblanca Cuba
LA HABANA, 20 Oct 2008 (AFP) - El racismo, atacado por Fidel Castro desde el Gobierno a partir de 1959, ganó terreno en los últimos años a partir de las desigualdades que generó la crisis de los '90 y en Cuba se demanda enfrentarlo con un debate nacional, leyes o medidas.
"Volvemos a constatar que son negros y mulatos (...) los que aún están o quedan en mayor desventaja, y que el racismo muestra su vitalidad cuando se aflojan los valores socialistas", señaló recientemente el ensayista Fernando Martínez.
En 2003, tres años antes de caer enfermo y alejarse del poder, Castro admitió el racismo subyacente como "un fenómeno asociado a la pobreza y a un monopolio histórico de los conocimientos" por parte de los blancos.
Tras la abolición de la esclavitud en 1886, la población negra o mestiza continuó ocupando los estratos económicos y culturales más bajos en la pirámide social de la isla, lo que provocó hasta una revuelta armada en 1912, con varios miles de muertos.
El racismo alcanzó tal fuerza en Cuba que el dictador mulato Fulgencio Batista, presidente entre 1952 y 1958, recibió "bola negra" en la votación secreta (con bolas de billar) que lo rechazó como posible socio de un selecto club de La Habana.
Esa mentalidad no se revirtió con la eliminación institucional del racismo, en 1959.
Un rápido panorama social muestra su persistencia: la mayoría de los presos, delincuentes, músicos, deportistas y trabajadores manuales son negros o mestizos; mientras que científicos, pintores, actores, técnicos, médicos y políticos, son mayoritariamente blancos.
El más reciente censo, realizado en 2002, arrojó que de los 11,2 millones de cubanos, 65% son blancos, 10% negros y 25% mestizos.
Esta clasificación, hecha por declaratoria de los encuestados, carece de confiabilidad para algunos especialistas, pues señalan que pudieron operar factores subjetivos.
La composición del censo se aproxima a la del Parlamento: de sus 614 diputados, 64,3% son blancos, 19,2% negros y 16,4% mestizos.
En el Consejo de Estado, máxima instancia del Gobierno de 31 miembros, 11 son negros y mestizos, mientras que en el Buró Político del Partido Comunista, la proporción es cinco de 24.
La Constitución establece desde 1976 que "todos los ciudadanos gozan de iguales derechos" y que la discriminación por raza, sexo o religión está prohibida y sancionada por la ley.
"En ningún país del mundo se podrán solucionar los problemas sociales si no hay interacción entre el Gobierno, la sociedad y la comunidad", estimó el bibliógrafo Tomás Fernández la pasada semana, al presentar un libro sobre el tema.
Las autoridades enfocan su actividad a elevar el nivel cultural de la población negra: se abrieron bibliotecas en las cárceles, se concibió un nuevo tipo de establecimiento penal, y se favoreció el acceso a becas y otras oportunidades a no blancos.
El Partido Comunista (PCC, único) creó en diciembre pasado una comisión para atender el tema y la televisión cubana reproduce spots en contra del racismo.
"Color Cubano", un proyecto auspiciado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), fomenta la toma de conciencia sobre la problemática racial.
Pero el crítico literario Roberto Zurbano es tajante: "Todos coinciden en que esa realidad puede ser transformada, (pero) no sabemos cuándo", porque "todavía no tenemos una estrategia social".