Tercera parte del Artículo de la Psicóloga Norma Guillard, tomado del Blog Negra Cubana tenía que ser
La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad.
En la conciencia popular ser negro o negra es sinónimo de suciedad, de fealdad, de amoralidad, de entes no pensantes. Querer conservar hábitos de nuestra cultura de influencia africana nos pone en un nivel inferior en comparación al concepto de belleza blanco impuesto y heredado. El uso del pelo natural o las trenzas hace pensar en mala presencia. No se valoran las diferencias individuales, la diversidad, la diversidad fenotípica... Sólo se valoran en tanto que poder erótico de nuestros cuerpos como símbolos sexuales.
Estas realidades han incidido en nuestra propia autoestima, han limitado la posibilidad de asumir nuestra identidad, de tomar conciencia de lo que somos; mujeres con el poder de lo sagrado, de la trascendencia, símbolos de continuidad y permanencia, de paz y sabiduría, de creatividad capaz de desbordar los límites materiales y esclavizantes. Siempre creando alternativas de supervivencias,... hasta el día de hoy.
SOLUCIONES
Si hemos sido capaces de enfrentar durante siglos tantas situaciones difíciles, si sabemos que el consciente colectivo no es una herencia cerebral, sino que es construido; elaborado con prejuicios, mitos, y actitudes, propongámonos entonces asumir nuestra identidad que se plantea en la diversidad; asumir nuestra cultura. Reivindiquemos nuestra espiritualidad. Hagámosle frente a esa forma errónea de representarnos.
Tenemos que construir un poder que lleve implícito también una construcción de consensos tanto en la sociedad civil como en la política. Hay que enfrentar el racismo en los espacios que se manifiesten, concretar el discurso y buscar metodologías tanto para la educación, como para la comunicación, el turismo, las políticas públicas, los modelos de desarrollo.
Todo ello en paralelo a un trabajo de elevación de nuestra autoestima. Trabajar sobre nuestro propio racismo, trascender las lamentaciones desde los espacios microprivados hasta los macrosociales. Hay que retomar nuestros símbolos tomando en cuenta nuestra cultura, costumbres y atributos como formas de resistencias y afirmación de nuestra negritud.
Hay que comenzar por mejorar la imagen que tenemos los negros y negras sobre nosotros mismos, incluso entre los propios creativos y elevar nuestra autoestima como armas fundamentales en el camino de nuestra reivindicación y de lograr cambios definitivos en nuestra aceptación como elemento integrador, junto a los blancas y blancos, de la nacionalidad cubana.
REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LA MUJER NEGRA
¿ Dónde y cómo se ve la representación gráfica de la mujer negra en Cuba en la actualidad?
En la búsqueda de esta información nos presentamos ante más de 150 personas escogidas al azar en barrios del Vedado, Centro Habana y Habana Vieja. Con niñas y niños escolares de primaria y secundaria. Adultos de ambos sexos y diferentes edades y raza y profesionales de publicidad en busca de una valoración opinática con anécdotas ya que es evidente que la mujer negra casi nunca está en la publicidad. Encontramos lo siguiente: Nuestras preguntas ponían a todas y todos a pensar pues no era fácil recordar donde podían ver esas imágenes. La respuesta más común es que son escasas, no recuerdan bien haberla visto o que hay muy pocas.
En los grupos de personas de más de 40 años recuerdan haber visto mujeres negras anunciando los tres productos claves en relación con esa raza: los rones como el Mulata, cerveza Cristal, tabaco Habano y en anuncios de danza folklórica. En el grupo de jóvenes de 13 a 25 años recordaban los anuncios de la marca Benetton afirmando que de cubanos no salen muchos anuncios. En ese grupo refieren que en la actualidad tenemos unas marcas de desrriz de pelo y champú con una mulata, nunca recuerdan haber visto negras de piel más oscura. En mujeres de edades mayores de 30 años recordaban la marca Doña Deleite con una negra cocinera y que ahora suele verse en una marca de mayonesa. Hubo referencias a que en un año salieron mujeres negras en posters por Día de las Madres. En grupos de diferentes edades recordaron y ratificaron que en los spots publicitarios para turismo aparecen mujeres jóvenes negras y mulatas mostrando como siempre las partes eróticas de sus cuerpos, con movimientos sensuales y poca ropa. En un tiempo apareció el tema en un spot de educación en la serie “Para la Vida” Recientemente han visto mujeres negras en agendas y almanaques.
Todavía hay quienes recuerdan la imagen de publicidad del Jabón Oso. La diferencia de observación del fenómeno fue significativa en la comparación entre las observaciones de las diferentes razas: las personas de raza negra inmediatamente decían: “A nosotras las negras no nos ponen en nada” o “A veces para temas sexuales”. Si bien las imágenes de las mujeres negras en los medios o en la publicidad continúan rigiéndose por los patrones heredados sí observamos actualmente en el cotidiano un movimiento de búsqueda de la identidad y nos encontramos ya generaciones más jóvenes y no tan jóvenes de personas de la raza negra con modificaciones de sus peinados alejándose un poco ya del concepto de belleza occidental. Ya es común ver el uso del pelo rizado en su forma natural, las trenzas y los pañuelos tanto en un sexo como otro, También en la forma de vestir comienzan a ocurrir cambios y los colores típicos de la africanía van definiendo preferencias de muchos.
Las jóvenes investigadoras Yesenia Selier y Penélope Hernández en su trabajo de diploma sobre identidad racial encontraron la falta de equilibrio con relación al sentimiento de pertenencia de grupo pues los negros cubanos no tienen una sociedad o federación, a diferencia de los chinos y de los blancos de origen español. También, los árabes o los judíos. No obstante a esto se ha podido ir observando en algunos grupos como los de Rap una concientización del problema al mostrar en las letras de algunas de sus canciones temas que se relacionan con el negro y la necesidad de salir de la marginalidad que a veces se autoimponen. También tratan el tema de la mujer y el desarrollo de su autoestima, así como la necesidad de reafirmar su identidad racial.
El rap viene desarrollándose entonces como una expresión de rescate de la identidad y eso hace que se vaya mejorando la concepción y la representación al menos a nivel mental. Posibilita ir logrando un rompimiento de estereotipos ya que en sus canciones suelen hablar de la belleza de su raza.
Resulta significativo que ese género musical habitualmente utilizado para promover entre otras cosas la violencia o críticas a un sistema social, en este caso en Cuba tiene una concepción diferente.
También tratan ya en sus letras algunos aspectos del machismo y de equidad en las relaciones de sexo que trasponen los temas raciales pero la problemática central está, sin lugar a dudas, en lograr transmitir una imagen más justa del negro y de su derecho a ser reconocido como parte fundamental de nuestra cultura.
Valoremos entonces la relación necesaria que existe entre lograr que se represente la imagen de la mujer negra como merece y el reconocimiento de su identidad como sentimiento de pertenencia. Si sabemos como somos, quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos y eliminamos los complejos producidos por la histórica agresión a nuestra identidad, se puede reconocer que no nos están representando bien y esta valoración llevarla hasta los creativos que son los que tienen la responsabilidad de reflejar nuestra imagen en cualquiera de los medios.
Es por ello interesante lo que la Dra Carolina de la Torre nos refiere en sus estudios sobre identidad del cubano con relación a la amenaza que nos impone la globalización, cuando nos demuestra cómo ésta lo que hace es discriminar, fragmentar, simplificar y atrofiar.
Si partimos de que la formación y defensa de identidades es un proceso con movilidad y flexibilidad que se opone a la posible muerte de una cultura como consecuencia de un proceso globalizador.
Valoremos esta misma historia por la que ha estado pasando la formación de la identidad del negro para comprobar que nunca se puede pensar que la globalización pueda borrar identidades. Cada día vemos cómo la cultura va jugando un papel muy preciso que hace que se solidifiquen los espacios.
La cultura se transforma entonces en arma y salvaguarda de la nación. Nuestra batalla será larga y dura pero nos llevará al objetivo de lograr que nuestro grupo racial se represente con su verdadero valor. Esto no es una quimera. Estamos seguras que más temprano que tarde llegará, más aun en un país que tiene en un lugar tan especial la cultura.
Veremos como ese cotidiano trabajo en la consolidación de la autoimagen y la autoestima del negro traerá como consecuencia que logremos una representación más justa de negras y negros, no sólo por simple justicia sino por mostrarnos como parte de la diversidad de nuestra nación.
Sólo entonces la subordinación a que hemos estado relegados se transformará en integración sin perder nuestra identidad. Sólo entonces habremos aprendido a autorreconocernos llenos de felicidad de lo que hicimos, logramos y podemos seguir haciendo. Consolidando el sentimiento de identidad y de pertenencia racial en nuestra cultura, ya que sin eso no se puede vivir.