sábado, 31 de mayo de 2008

Estereotipos III

Tercera parte del Artículo de la Psicóloga Norma Guillard, tomado del Blog Negra Cubana tenía que ser



La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad.

En la conciencia popular ser negro o negra es sinónimo de suciedad, de fealdad, de amoralidad, de entes no pensantes. Querer conservar hábitos de nuestra cultura de influencia africana nos pone en un nivel inferior en comparación al concepto de belleza blanco impuesto y heredado. El uso del pelo natural o las trenzas hace pensar en mala presencia. No se valoran las diferencias individuales, la diversidad, la diversidad fenotípica... Sólo se valoran en tanto que poder erótico de nuestros cuerpos como símbolos sexuales.

Estas realidades han incidido en nuestra propia autoestima, han limitado la posibilidad de asumir nuestra identidad, de tomar conciencia de lo que somos; mujeres con el poder de lo sagrado, de la trascendencia, símbolos de continuidad y permanencia, de paz y sabiduría, de creatividad capaz de desbordar los límites materiales y esclavizantes. Siempre creando alternativas de supervivencias,... hasta el día de hoy.

SOLUCIONES

Si hemos sido capaces de enfrentar durante siglos tantas situaciones difíciles, si sabemos que el consciente colectivo no es una herencia cerebral, sino que es construido; elaborado con prejuicios, mitos, y actitudes, propongámonos entonces asumir nuestra identidad que se plantea en la diversidad; asumir nuestra cultura. Reivindiquemos nuestra espiritualidad. Hagámosle frente a esa forma errónea de representarnos.

Tenemos que construir un poder que lleve implícito también una construcción de consensos tanto en la sociedad civil como en la política. Hay que enfrentar el racismo en los espacios que se manifiesten, concretar el discurso y buscar metodologías tanto para la educación, como para la comunicación, el turismo, las políticas públicas, los modelos de desarrollo.

Todo ello en paralelo a un trabajo de elevación de nuestra autoestima. Trabajar sobre nuestro propio racismo, trascender las lamentaciones desde los espacios microprivados hasta los macrosociales. Hay que retomar nuestros símbolos tomando en cuenta nuestra cultura, costumbres y atributos como formas de resistencias y afirmación de nuestra negritud.

Hay que comenzar por mejorar la imagen que tenemos los negros y negras sobre nosotros mismos, incluso entre los propios creativos y elevar nuestra autoestima como armas fundamentales en el camino de nuestra reivindicación y de lograr cambios definitivos en nuestra aceptación como elemento integrador, junto a los blancas y blancos, de la nacionalidad cubana.

REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LA MUJER NEGRA

¿ Dónde y cómo se ve la representación gráfica de la mujer negra en Cuba en la actualidad?

En la búsqueda de esta información nos presentamos ante más de 150 personas escogidas al azar en barrios del Vedado, Centro Habana y Habana Vieja. Con niñas y niños escolares de primaria y secundaria. Adultos de ambos sexos y diferentes edades y raza y profesionales de publicidad en busca de una valoración opinática con anécdotas ya que es evidente que la mujer negra casi nunca está en la publicidad. Encontramos lo siguiente: Nuestras preguntas ponían a todas y todos a pensar pues no era fácil recordar donde podían ver esas imágenes. La respuesta más común es que son escasas, no recuerdan bien haberla visto o que hay muy pocas.

En los grupos de personas de más de 40 años recuerdan haber visto mujeres negras anunciando los tres productos claves en relación con esa raza: los rones como el Mulata, cerveza Cristal, tabaco Habano y en anuncios de danza folklórica. En el grupo de jóvenes de 13 a 25 años recordaban los anuncios de la marca Benetton afirmando que de cubanos no salen muchos anuncios. En ese grupo refieren que en la actualidad tenemos unas marcas de desrriz de pelo y champú con una mulata, nunca recuerdan haber visto negras de piel más oscura. En mujeres de edades mayores de 30 años recordaban la marca Doña Deleite con una negra cocinera y que ahora suele verse en una marca de mayonesa. Hubo referencias a que en un año salieron mujeres negras en posters por Día de las Madres. En grupos de diferentes edades recordaron y ratificaron que en los spots publicitarios para turismo aparecen mujeres jóvenes negras y mulatas mostrando como siempre las partes eróticas de sus cuerpos, con movimientos sensuales y poca ropa. En un tiempo apareció el tema en un spot de educación en la serie “Para la Vida” Recientemente han visto mujeres negras en agendas y almanaques.

Todavía hay quienes recuerdan la imagen de publicidad del Jabón Oso. La diferencia de observación del fenómeno fue significativa en la comparación entre las observaciones de las diferentes razas: las personas de raza negra inmediatamente decían: “A nosotras las negras no nos ponen en nada” o “A veces para temas sexuales”. Si bien las imágenes de las mujeres negras en los medios o en la publicidad continúan rigiéndose por los patrones heredados sí observamos actualmente en el cotidiano un movimiento de búsqueda de la identidad y nos encontramos ya generaciones más jóvenes y no tan jóvenes de personas de la raza negra con modificaciones de sus peinados alejándose un poco ya del concepto de belleza occidental. Ya es común ver el uso del pelo rizado en su forma natural, las trenzas y los pañuelos tanto en un sexo como otro, También en la forma de vestir comienzan a ocurrir cambios y los colores típicos de la africanía van definiendo preferencias de muchos.

Las jóvenes investigadoras Yesenia Selier y Penélope Hernández en su trabajo de diploma sobre identidad racial encontraron la falta de equilibrio con relación al sentimiento de pertenencia de grupo pues los negros cubanos no tienen una sociedad o federación, a diferencia de los chinos y de los blancos de origen español. También, los árabes o los judíos. No obstante a esto se ha podido ir observando en algunos grupos como los de Rap una concientización del problema al mostrar en las letras de algunas de sus canciones temas que se relacionan con el negro y la necesidad de salir de la marginalidad que a veces se autoimponen. También tratan el tema de la mujer y el desarrollo de su autoestima, así como la necesidad de reafirmar su identidad racial.

El rap viene desarrollándose entonces como una expresión de rescate de la identidad y eso hace que se vaya mejorando la concepción y la representación al menos a nivel mental. Posibilita ir logrando un rompimiento de estereotipos ya que en sus canciones suelen hablar de la belleza de su raza.

Resulta significativo que ese género musical habitualmente utilizado para promover entre otras cosas la violencia o críticas a un sistema social, en este caso en Cuba tiene una concepción diferente.

También tratan ya en sus letras algunos aspectos del machismo y de equidad en las relaciones de sexo que trasponen los temas raciales pero la problemática central está, sin lugar a dudas, en lograr transmitir una imagen más justa del negro y de su derecho a ser reconocido como parte fundamental de nuestra cultura.

Valoremos entonces la relación necesaria que existe entre lograr que se represente la imagen de la mujer negra como merece y el reconocimiento de su identidad como sentimiento de pertenencia. Si sabemos como somos, quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos y eliminamos los complejos producidos por la histórica agresión a nuestra identidad, se puede reconocer que no nos están representando bien y esta valoración llevarla hasta los creativos que son los que tienen la responsabilidad de reflejar nuestra imagen en cualquiera de los medios.

Es por ello interesante lo que la Dra Carolina de la Torre nos refiere en sus estudios sobre identidad del cubano con relación a la amenaza que nos impone la globalización, cuando nos demuestra cómo ésta lo que hace es discriminar, fragmentar, simplificar y atrofiar.

Si partimos de que la formación y defensa de identidades es un proceso con movilidad y flexibilidad que se opone a la posible muerte de una cultura como consecuencia de un proceso globalizador.

Valoremos esta misma historia por la que ha estado pasando la formación de la identidad del negro para comprobar que nunca se puede pensar que la globalización pueda borrar identidades. Cada día vemos cómo la cultura va jugando un papel muy preciso que hace que se solidifiquen los espacios.

La cultura se transforma entonces en arma y salvaguarda de la nación. Nuestra batalla será larga y dura pero nos llevará al objetivo de lograr que nuestro grupo racial se represente con su verdadero valor. Esto no es una quimera. Estamos seguras que más temprano que tarde llegará, más aun en un país que tiene en un lugar tan especial la cultura.

Veremos como ese cotidiano trabajo en la consolidación de la autoimagen y la autoestima del negro traerá como consecuencia que logremos una representación más justa de negras y negros, no sólo por simple justicia sino por mostrarnos como parte de la diversidad de nuestra nación.

Sólo entonces la subordinación a que hemos estado relegados se transformará en integración sin perder nuestra identidad. Sólo entonces habremos aprendido a autorreconocernos llenos de felicidad de lo que hicimos, logramos y podemos seguir haciendo. Consolidando el sentimiento de identidad y de pertenencia racial en nuestra cultura, ya que sin eso no se puede vivir.

Estereotipos II

Segunda parte del Artículo de la Psicóloga Norma Guillard, tomado del Blog Negra Cubana tenía que ser

La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad.


En Cuba este fenómeno del prejuicio racial ocurrió dada las características históricas en que se enfrentaron hombres y mujeres de diversos orígenes y razas en desigualdad de condiciones y roles sociales, pero con un destino común. Es un legado que la independencia heredó de la colonia como dijo Portuondo Linares en su libro “ Los Independientes de color”. Qué decir entonces de cómo va a representarse al negro, en especial a la mujer negra en cualquier medio gráfico.

La imagen que se ha desarrollado históricamente es de exclusión. No es extraño que no aparezca y más que eso que a veces ni se nota que no aparece o si aparece no muestra la realidad. Como bien lo plantea Manuel Moreno, la esclavitud distorsionó la vida sexual del esclavo y los racistas justificaron estas distorsiones inventando el mito de la sexualidad sádica del negro, la inmoralidad de la negra y la lujuria de la mulata. Mitos que aún se utilizan como recursos para crear imágenes.

Nuestro país, a partir de 1959, ha venido luchando contra todos estos prejuicios e injusticias pero es muy difícil cambiar estados de opinión y sentimientos heredados durante siglos.

La crisis económica cubana, que nosotros llamamos Período Especial y la búsqueda de soluciones a esta etapa, ha llevado este tema por nuevos derroteros. Diversos estudios actuales han demostrado que durante este período, con la transformación a nuestro pesar, de algunos valores sociales y la crisis que sufrieron algunas instituciones, se ha posibilitado que afloren valoraciones que presumiblemente se creían superadas.

Lo cierto es que en las plazas de mayor acceso a la obtención de beneficios económicos, en especial en divisas, como por ejemplo las relacionadas con el turismo, son más frecuentadas las personas blancas que las de raza negra, lo cual demuestra una representación racial desbalanceada de nuestra población.

Recientemente Fidel Castro reconoce en un discurso lo siguiente : “Entre los más crueles sufrimientos que afectan a la sociedad humana – y lo menciono deliberadamente, como se explicara´ después – está la discriminación racial.

La esclavitud, impuesta a sangre y fuego a hombres y mujeres arrancados de Africa, reinó durante siglos en muchos países de este hemisferio, entre ellos Cuba.

Millones de nativos indios la padecieron igualmente. Mientras la ciencia de forma incontestable demuestra la igualdad real de todos los seres humanos, la discriminación subsiste.

Aun en sociedades como la de Cuba surgida de una revolución social radical, donde el pueblo alcanzó la plena y total igualdad legal y un nivel de educación revolucionaria que echó por tierra el componente subjetivo de la discriminación, esta existe todavía de otra manera...

Lo triste es observar como esa pobreza, asociada a la falta de conocimientos tiende a reproducirse... habiendo cambiado radicalmente nuestra sociedad la revolución más allá de los derechos y garantías alcanzados para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país...” Esto demuestra que no es tan simple superar esta etapa, no es solo cuestión de igualdad legal.

La transformación de la conciencia social ocurre de una manera mucho más lenta y se afecta mucho más por los factores objetivos y subjetivos. La investigadora Pérez Alvarez en sus estudios se refiere al rol que juega la familia con relación a la gestación de prejuicios y estereotipos.

Afirma que estos se reproducen en el marco de las relaciones raciales y formas parte de la ideología interactuando con los componentes afectivos y conductuales por la lógica relación de dependencia que tienen los patrones familiares adquiridos.

No es raro aun ver a los padres aconsejando a sus hijos: “no trates de ir a esa plaza que no es para negros” o “Sal de esa casa de blancos que luego se pierde algo y te culpan,” etc. Son estereotipos que van conformando una identidad de conflicto.

Refiere además que no deben faltar análisis sobre la influencia de factores socio- culturales que pueden ser llevados hasta la etnicidad e identidad cultural y nacional. Ese trauma de limitación del desarrollo de diferencia en su cultura tiene que marcar huellas que van a su conciencia individual, conformando así las diferencias individuales. Junto con el hecho de ser un tema del que no se quiere hablar y asumir abiertamente.

El arrastre que se tiene de nuestra historia de esclavitud, que por demás nunca ha sido tratada a nivel cultural como se debe nos ha traído consecuencias a la hora de asumir nuestra identidad mestiza. No se ha trabajado para sentirnos orgullosos de la representación social de los negros, ni de su papel real y grandioso en la historia de la independencia que posibilite un buen sentimiento de pertenencia, ni de sus características físicas.

Por el contrario, lo más frecuente son los mitos casi todos negativos que se refuerzan. Estos siguen llevándose al imaginario colectivo. Lógicamente todo esto pasa de generación a generación: valores relacionados con sentimientos de inferioridad, de mezcla de rebeldía y sumisión. Vivir segregado o excluido conlleva a dichas actitudes. También es cierto que en el proceso de socialización del individuo este debe enfrentarse a normas y valores que se han estructurado por la sociedad donde se ha desarrollado y han ido tomando cuerpo preceptos jurídicos y legales y, sino se realiza un buen trabajo de integración y concientización, quedan arraigadas diversas manifestaciones que llevan a la limitación y predisposición en algunas áreas de participación.

Frantz Fanon refiere que este proceso de adaptación y socialización está determinado por cómo la persona actúa, cómo aprende, cómo trabaja, cómo juega y como se relaciona y en algunos casos ha conllevado a influir en el pensamiento y las creencias de sí mismo, trayendo como consecuencia valoraciones diversas de su autoestima.

El desarrollo de una alta autoestima es parte fundamental para alcanzar plenitud y autorrealización, ya que el ser humano desarrolla su salud mental y física, su creatividad y productividad. Saber reconocerse, saber quien se es, qué se sabe, qué hacer o qué se puede hacer, da muestra de tener conciencia de su capacidad, de su poder y de las oportunidades que tiene. Da fuerza para enfrentarse a cualquier dificultad. Ayuda a saber defenderse cuando se le da a jugar un papel que los esquematiza. Veamos ahora por qué el arquetipo de los valores inferiores está representado por lo negro y qué lugar le toca entonces a la mujer.

Han sido muchos los años que llevamos arrastrando ese estigma de subestimación con la raza negra. Es hora de que deje de verse lo negro como el lado malo de la personalidad. No se sabe cuántas asociaciones negativas conocemos con relación al color negro: negro ni la cazuela, oveja negra, futuro negro, mercado negro, alma de negro, etc.

Dice Ochy Curiel feminista dominicana con razón, que hablar sobre racismo desde una perspectiva de género puede implicar la repetición de un discurso que todavía no se asimila en el mundo. Pienso que aún siendo así ya es hora de que cada día crezcan más las y los interesados en el tema.

Tratar este tema de la imagen de la mujer negra en la publicidad posibilita una forma de visualización de la discriminación de que somos objeto. Si seguimos el curso de la historia aquí narrada vemos cómo sigue siendo el hombre blanco el paradigma válido de “lo humano”.

Las normas que afirman la legitimidad de su dominio se manifiestan a través de estigmas sexuales, raciales y de clase. Por otro lado, ¿qué puede suceder al utilizar la imagen de la mujer negra para la publicidad? No sólo se ha podido comprobar el racismo como una forma histórica de pensamiento a nivel social sino que también se manifiesta en las relaciones privadas, en la filosofía de la vida, y hasta en la concepción de nuestra propia cultura.

Si vamos a las lecturas, novelas, cuentos, historias, textos o gráficas, a veces no aparecemos y si lo hacemos, es, como siempre, reflejando sólo parte de lo real, desde la naturaleza oprimida del ser esclavo y esclava sin destacar los elementos de resistencia desarrollados por esta raza contra su opresión.

En todo caso resaltando el papel jugado por las mujeres negras en el rol que les tocó jugar como vientres reproductores de esclavos o como objetos de satisfacción sexual de sus amos blancos.

viernes, 30 de mayo de 2008

Estereotipos

Primera parte del Artículo de la Psicóloga Norma Guillard, tomado del Blog Negra Cubana tenía que ser


La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad. (Parte I)

Para hablar de este tema comencemos por hacernos una gran pregunta...

¿Qué ha estado pasando en el imaginario popular con relación a la raza negra en Cuba?

Queriendo ser más específica preguntémonos: ¿ Por qué el negro representa el arquetipo de los valores inferiores?

¿ Qué lugar le toca entonces a la mujer negra?

Y entonces para ser aún más precisa , comencé por preguntarle a mis amigas y amigos de cualquier edad, nivel escolar, sexo, raza e identificación sexual, a publicistas o no publicistas...en general creativos... ¿donde y cómo recuerdan haber visto la representación gráfica de la mujer negra en los medios publicitarios?

Sus respuestas fueron para mí el punto de partida de estas reflexiones... Y llegué a una primera conclusión; se imponía una necesidad evidente: Es ya hora de cambios en la representación de la mujer negra; es hora de transformaciones.

IMAGINARIO POPULAR CON RELACIÓN A LA RAZA NEGRA EN CUBA

Para comprender lo que ha estado pasando psicológicamente con la representación y el tratamiento del tema de las personas de piel negra es ineludible remontarse a su historia.

La trata de esclavos en Africa entre 1450 al 1850 fue lo que provocó el aislamiento y la parálisis al desarrollo de ese continente. Al hacer un balance muy general, encontramos que este comercio de esclavos causó un daño fundamental sobre todo a partir del 1650. Era como si fuera esta etapa la de producción del “monocultivo de seres humanos. Se exportaba su mejor producto, su mejor capital; la mano de obra. Esa trata continuó, como todos sabemos, hasta mediado del siglo XIX. Durante cuatro siglos los europeos no cesaron de desangrar, desbaratar y empobrecer al continente africano, acabando con sus culturas originales.

Los negros traídos a nuestro continente en contra de su voluntad, siempre vivieron con rabia impotente, agredidos y maltratados. Ellos fueron forzados a dejar todo; su vida, su familia, sus tierras y hasta sus costumbres tribales y creencias religiosas. Como si fuera poco, se les trató como bestias, amontonados como animales, imponiéndoles una forma de vida totalmente inhumana. Los más rebeldes, los que lograban mantener un mínimo de autoestima y de inconformidad, los que se negaban a aceptar lo que a la fuerza se les imponía, vivían con un sentimiento constante de ansia de fuga, de emancipación, de transformación. Los negros esclavos se vieron obligados a inhibir sus sentimientos y deseos más elementales, lo que los hizo vivir en constante disimulo y fue uno de los factores importantes de aculturación. Debatiéndose siempre entre el terror y la fuerza, con el temor del oprimido y con el continuo terror del opresor sobre sus cabezas.

Sufrieron así el trance doloroso de la transculturación, en términos del estudioso Don Fernando Ortiz.

Puede afirmarse, como lo utiliza el estudioso Fernando Martínez en su artículo, que “las razas son construcciones sociales que identifican o marcan a grupos humanos con respecto a otros grupos en dependencia de las relaciones que se establezcan entre sí. Los opresores y los oprimidos. Son
construcciones elaboradas en un medio específico, históricamente determinables, en nexos íntimos con las relaciones sociales, las clases y las acumulaciones culturales de dicha sociedad.

”Refiriéndonos a Cuba, la forma en que se fueron construyendo estas relaciones raciales y sus efectos imputaron de forma importante la vida de las personas, definiendo los roles sociales durante períodos históricos y aun hoy se viven sus consecuencias. Ni siquiera el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 ha logrado aún que la asimilación de la memoria histórica se asuma y se establezca un nuevo punto de partida para el mejoramiento y entendimiento de las relaciones entre las razas que conforman nuestra nacionalidad.

Cuando Víctor Fowler, econocido investigador refiere que la sociedad cubana del siglo XIX fundó su desarrollo en el de la institución esclavista, donde el negro aparece humillado, lo cual es visto como algo natural y lleno de conflicto en la dualidad que subyace en la raíz de la nación cubana, muestra como nuestra identidad está partida entre sus dos herencias contrapuestas, africana e hispánica, reafirmándose así las condiciones de formación de una personalidad en conflicto.

El negro sufrido desde su cuna, maltratado desde su clase y agredido desde su origen social y cultural, lleno de dramas y contradicciones no puede mostrar otra reacción que no sea rebeldía e impotencia casi por idiosincrasia. Para dominarlos fue necesario también que se construyera el racismo antinegro.

Vale recordar que en el año 1844 hubo una brutal ola represiva (año del cuero), motivada por el miedo de los opresores a las respuestas de rebeldía del sector negro y mestizo y de esclavos que mostraron una vez más el dejar de ser mansos y se organizaron para transformar su vida, donde se destaca una mujer negra, Fermina Lucumí, lo que demostró la participación de la mujer negra en el movimiento social, además de que ambos sexos dejaban de ser mansos.

Muchos negros criollos libres buscaron otras formas de lograr su emancipación y el respeto a su raza mediante el trabajo y el estudio. Así, un algunos obtuvieron niveles profesionales, incluso hubo casos educados cuidadosamente en París y Madrid. Entre ellos surgieron notables poetas y escritores. Pero contra esta clase de emancipación, también se emprendieron nuevas formas de represión: la Conspiración de la Escalera se recordará por siempre como la fórmula encontrada para asesinar cobardemente a personalidades negras que en cualquier lugar del mundo hubieran merecido respeto. Otro camino se cerraba con resultados traumáticos para la población negra de nuestro país.

Son muchos e inevitables los episodios que se han vivido como consecuencia de tantos siglos de esclavitud y por mucho que se hace todo resulta poco por la profundidad del trauma vivido en la sociedad cubana. Podemos recordar episodios en diversas etapas pero con mucha fuerza viene a mi mente el dolor de otra represión brutal contra los integrantes del partido Independientes de color que solo buscaban un poco de justicia y reconocimiento con relación al esfuerzo y papel que jugaron en las revoluciones radicales del 1868 – 78 y 1995 -98.

Estos hechos como muchos otros, podían haber servido como memoria histórica para dar una buena imagen de la lucha del negro por su mejoramiento y aprovecharlos para desarrollar el orgullo e identidad del negro cubano, lo cual hubiera servido para vernos y que nos vieran desde una perspectiva mas desprejuiciada. Pero estos elementos de nuestra historia no han sido suficientemente divulgados.

En este proceso de socialización y desarrollo de nuestra identidad, a pesar del aporte que en todas las guerras dieron los negros y en su rebeldía a la asimilación de una cultura que no era la propia, la fuerza del opresor siempre pudo más y se desarrollaron fuertemente los prejuicios y estereotipos con relación a la raza negra. Tal y como lo confirma en su libro sobre representación social la psicóloga Sandra Morales ha habido también gran influencia de las condiciones económicas e históricos – sociales moldeando el pensamiento social de los grupos en diferentes etapas vividas por éstos.

martes, 27 de mayo de 2008

Africa y su diáspora en fiesta del Cubadisco

A Africa y su diáspora se dedicó la fiesta cubana del CubaDisco 2008, un reconocimiento a la cultura que junto a las española es la matriz de nuestra nacionalidad.

Músicos cubanos en la rumba más larga del mundo

Uno de los hechos más trascendentes en el marco de esta duodécima edición realizada entre el 17 y el 25 de mayo últimos fue la rumba más larga del mundo, que movió a todas las provincias del país.

En el marco del evento se entregó el Premio de Honor Cubadisco a la poetisa y ensayista Nancy Morejón, galardonada con el Premio Nacional de Literatura 2001, Miguel Barnet, Director de la Fundación Fernando Ortiz y que mereció el mismo galardón en 1994 y la Fundación Nicolás Guillén que preside Nicolás Fernández Guillén.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Piolos


Así llaman a los negros(as) que no sienten preferencia sexual por personas de su mismo color de piel. Aunque muchos tengan la filosofía de “negra mi mamá”, en otros no prima esa motivación, solo el gusto, porque para eso se han hecho los colores y para escoger las flores.


Pareja Feliz

Lo malo es rechazar a otra persona porque es diferente, o considerado no aceptable por la familia o el círculo de amigos.

Como también es negativo obstaculizar, abiertamente o con disimulo, las posibilidades de ascenso laboral o social de alguien por su color.

viernes, 16 de mayo de 2008

Los Independientes de Color

El 20 de mayo de 1912 comenzó el levantamiento de los Independientes de Color, cuyo Partido del mismo nombre fue fundado el 7 de agosto de 1908 por el veterano de las Guerras de Independencia Evaristo Estenoz.

Este hecho ocurrido hace 96 años constituye una de los episodios más importantes de la Cuba Neocolonial.

Evaristo Estenoz, líder de Independientes de Color

La rebelión significó no solo la defensa de los derechos de la segregada raza negra, sino de todos los cubanos pobres.

Los Independientes propugnaron la igualdad racial en una Cuba neocolonial en que primaba la discriminación a los negros y mestizos, que lucharon junto a sus compatriotas blancos por la independencia de España, y cuyos derechos no fueron reconocidos en la isla bajo el dominio estadounidense.

Entre sus demandas figuraba el derecho de los negros a intervenir en el gobierno del país, la enseñanza gratuita y obligatoria, la repatriación por cuenta del Estado de los cubanos que desearan regresar al país y que no tuvieran recursos y la nacionalización del trabajo.

Como Partido contaba con un órgano de prensa, el periódico Previsión en el que condenó la expansión de los Estados Unidos.

Ante su auge, el senador (mulato) Martín Morúa Delgado presentó una Enmienda Constitucional, la ley Morúa, que impedía la existencia de un partido de una sola raza o clase social.

La Ley Morúa fue aprovechada por la burguesía para exterminar de la vida política a los Independientes de Color.

Sin embargo, continuaron su lucha y acordaron el Levantamiento, que terminó en menos de dos meses con la masacre de más de dos mil personas.

domingo, 11 de mayo de 2008

Cecilia Valdés y la mulata actual

La mulata cubana ha inspirado obras literarias, teatrales y cinematográficas. La más popular es Cecilia Valdés, protagonista de una de las obras más representativas de la literatura cubana del mismo nombre escrita por Cirilo Villaverde.

A partir de Cecilia, el músico Gonzalo Roig creó una zarzuela, el cineasta Humberto Solás, una película y Abelardo Estorino, una obra de teatro titulada Parece blanca.


Cecilia Valdés, pintura de Cosme Proenza

De corte costumbrista, el tema que Villaverde usó como gancho son los amores de una deslumbrante mulata casi blanca, Cecilia, por Leonardo Gamboa, joven perteneciente a una de las familias más ricas de La Habana, que resulta ser su medio hermano, aunque ambos desconocían ese parentesco.

La época, sus costumbres, el tratamiento que se daba a los esclavos y las aspiraciones sociales que tenían los mulatos libres como Cecilia son los verdaderos protagonistas de la obra.

La bella mulata amaba a Leonardo, pero también quería ascender a escala social. El joven sentía pasión y deseo por la mulata, no amor. En ese sentido, la versión teatral y cinematográfica, se diferencian de la literaria.

Para el joven Gamboa- un hombre cruel que no gustaba de los negros- la mulata era una mujer para satisfacer sus deseos carnales, que podría mantener como amante fuera de su programado matrimonio con una joven bondadosa, comprensiva, distinguida y culta como Isabel Lincheta.

VIGENCIA

Además de ser una obra cumbre de la literatura cubana, cuya acción se desarrolla en la primera mitad del siglo XIX, Cecilia…vista por los hombres como una mujer para el pecado mantiene cierta vigencia en nuestra sociedad actual.

La mulata continúa siendo vista- por muchas personas- como una mujer ardiente en la cama, buena amante, bailadora (muchos no conciben una mulata que no sepa bailar) y su imagen ha sido utilizada como gancho para atraer al turismo, tanto dentro como fuera del país.

En revistas turísticas y afiches promocionales muchas veces aparece una hermosa bailarina de Tropicana, casi siempre mestiza, o negra, o sino una joven en trusa, con un pareo floreado y un coco en la mano.

Pienso, que el turista que vea uno de esos afiches o revistas, nunca haya venido a Cuba o hablado con un nacional, pueda llevarse la imagen equivocada de que las mujeres cubanas son lindas negras o carmelitas, que bailan como diosas en un lugar llamado Tropicana o andan por la playa con pareos floreados y una flor en la cabeza.

Las mujeres negras y mestizas de Cuba, han sido Marianas, María Cabrales, Carlota, Melbas, que mujeres valientes, trabajadoras que día a día han ofrecido y ofrecen lo mejor de sí a la sociedad.


jueves, 8 de mayo de 2008

Cuba: una religión mestiza

El sincretismo cultural y religioso forma parte de la identidad de los cubanos. Los negros esclavos adoraron a sus dioses africanos en las imágenes de los santos y vírgenes católicas impuestos por sus amos, una de las expresiones de la transculturación, un término acuñado por el sabio cubano Fernando Ortiz.

Así más que opio, la religión se convirtió para los negros en una ventana espiritual hacia la libertad colectiva e individual, y también en una forma de expresión autóctona que forma parte de nuestra cubanidad.

En esta isla mestiza existen muy pocos católicos o santeros puros, hago la salvedad para no ser absoluta. Personas de cualquier nivel cultural o raza han rendido alguna que otra vez culto a los dioses del panteón afrocubano o son practicantes activos de la religión afrocubana.

¿Quién no ha ofrecido alguna vez girasoles a la Santísima Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, que personifica a Ochún, la sensual y seductora diosa del amor sexual y la fertilidad; hecho ofrendas, o pagado alguna promesa a San Lázaro, el santo que muchos cubanos consideran milagroso y que los africanos llamaron Babalú Ayé?.

Aunque muchos cubanos no practiquen la santería de forma activa o algunas de las otras manifestaciones de la religión afrocubana, casi todos conocen que Obbatalá es la Virgen de las Mercedes, o que Yemeyá, la diosa del mar, es representativa de la virgen de Regla.

Un gran número de cubanos se consideran “cristianos a su manera”. En ocasiones acuden a misa o le piden un favor al santo de su preferencia, en otras van a tirarse las cartas o a consultarse con algún bacalao (sacerdote santero) para conocer qué dice Eleguá, el dios que abre los caminos, a través de los caracoles.

La fé en lo que dice el santo es tan grande, que siguen sus órdenes al piel de la letra, tanto si prohíbe comer un alimento específico, vestirse con ropa de un color determinado. Otras veces el santo recomienda darse un baño con tal o mas cual hierba para quitarse el obsorbo, el arrastre, lo malo.

Llama la atención que mientras a Dios y a los Santos católicos, casi siempre se les pide con devoción y respeto- los practicantes de los cultos sincréticos tratan a sus dioses como si fueran familiares cercanos.

A la Caridad del Cobre, la llaman Cachita cariñosamente, o mi madre si se consideran hijos de Ochún. Lo mismo vale para cualquier otro santo.

Esa, creo, es la diferencia entre los practicantes del catolicismo en cualquier país del mundo y la religión que se practica en Cuba, tan mezclada como su población misma.

La mulata ¿un invento profanado?*


Onelia Chaveco Chaveco (AIN)
Cuba:Una identità in movimento
2004
Dicen que los mejores inventos de los gallegos fueron el porrón, las alpargatas y las mulatas.
Lo absoluto y peyorativo de la afirmación hace pensar que como mismo a Eva la sacaron de una costilla de hombre, las mulatas parecen haber nacido del esternón de los gallegos, sin madre negra mediante, sin cubanía raigal, sin identidad demostrada por siglos y consolidada en un milenio al que ha llegado plena de realizaciones.
Para algunos todavía el término contiene una dosis de racismo, pues según afirman decir mulato es una tendencia a suavizar la dureza de la palabra negro, que desde su llegada a Cuba fue pronunciada de forma despectiva.

Una piel que repunta a lo canelo, cabellos ensortijados y algunos rasgos finos en las facciones no son, para los más radicales, pasaporte autorizado para incluir a esa etnia intermedia entre la raza blanca, aunque algunos no desean incluirla tampoco en la raza negra, algo así para dejarla en tierra de nadie.

Tomás Alvarez de los Ríos, el padre de los refranes, entra en esa ambivalente definición, al sostener en su novela Las Farfanes que existe la hora mulata, exactamente al amanecer o al oscurecer, cuando no es ni de día ni de noche.
¿La Cecilia de siempre?

Alrededor de las mulatas siempre hubo una aureola de erotismo y leyenda. La más famosa de ella, Cecilia Valdés, fue la encarnación de todas las virtudes y defectos que le endilgaron a esa parte tan auténtica de nuestra policromía criolla.
Llama la atención que precisamente la obra más importante de la literatura cubana del siglo XIX está protagonizada por una mulata, Cecilia Valdés. Entonces no se puede negar la fuerza en la ascendencia de esas mujeres, en una época férrea de esclavitud, de racismo tan arraigado.

La mulata después se consagró en el teatro bufo, cuando se llevaba las palmas sobre el negrito bullanguero y el gallego remolón.

En el libro Del Canto y el Tiempo, de Argeliers León, aparecen imágenes de la mulata que recibe instrucción para el baile, y de uno de los bailes en una casa cuna donde ellas concurrían y los jóvenes blancos las asediaban desde entonces.

Personalidades de las letras y las artes plásticas fueron impactadas por la presencia de las mulatas.

Federico García Lorca al llegar a la Habana se prendó de esa singular mujer:
“Esta isla tiene más bellezas femeninas de tipo original, debido a las gotas de sangre negra que llevan todos los cubanos. Y cuanto más de negro mejor. La mulata es la mujer superior aquí en belleza y en distinción y en delicadeza”.

Por su parte el muralista Diego Rivera, un hombre que marcó su vida con las tonalidades, consideraba una gran suerte.

“… conocer la Habana de calles entoldadas, con volantas ocupadas por bellas damas… , mientras las maravillosas mulatas en baticas iban a pie abanicándose y arrojando relámpagos de sexo conforme andaban”.

Hace unos años salió al mercado la marca “Mulata”. Ni de perfume, ni de vestidos, ni de creyón labial, sencillamente, es una botella de ron.
Otros ojos para mirar la mulatez.

El primero en acceder a dar sus criterios sobre el tratamiento a las mujeres, especialmente las mulatas, fue el doctor en Ciencias Agrícolas Lázaro Ojeda, quien afirma:

“Esa mujer de piel canela es sinónimo de cubanía, de belleza criolla, de mucha inteligencia sobre el enfoque de sexo que a través de los años le han dado”.
Miguel Cañellas, escritor, afirma que la mulata es hija del placer, y ha devenido crisol de la cubanía; negros y blancos se han unido en todas partes del mundo pero los hijos no son como los mulatos de Cuba. En especial la mujer cubana y dentro de esta la mulata tiene una belleza especial, y un donaire singular.

“Si Cirilo Villaverde lleva a Cecilia a las páginas de su principal obra, no es por casualidad, sino sencillamente reflejó con su costumbrismo la Habana de esa época, llena de mulatas que desde entonces poseían ese hermoso desenfado”, expresó el artista.

Por su parte Andrés García Suárez, decano de los periodistas cienfuegueros, llama la atención sobre la palabra mulatear, cubanismo que recoge un diccionario como el hecho de divertirse con mujeres mulatas, al propio tiempo que constituye un americanismo con el cual se denomina a un mineral de plata oscuro.

“Sin embargo, apunta el periodista, amén de la discriminación histórica de las mujeres en Cuba, sobre todo de las negras y mulatas, muchas se alzaron desde el plano patriótico, pudiera mencionarte a Mariana Grajales, a María Cabrales, y más acá en el tiempo y en el arte, a Paulina Alvarez, la Emperatriz del Danzonete, o Rita Montaner, la única”.

Sin querer jerarquizar a la mulata por encima de la mujer cubana, la ocasión es propicia para reflexionar sobre esa fémina que no sólo fue producto del ingenio de los españoles, sino que lleva en sí generaciones enteras de cultura dentro del proceso de formación de nuestro criollismo, ese ajiaco en el cual Don Fernando Ortiz, nos mezcló a todos.

*Tomado de Cuba Minrex

Opiniones

El racismo en Cuba es un problema que está presente a nivel de conciencia social, tanto de blancos hacia negros, de estos con respecto a los primeros y de los mulatos hacia sus congéneres de piel más oscura.
Ese fenómeno tiene formas de expresión muy diversas, incluso entre aquellos que consideran que no son portadores de prejuicios porque sus mejores amigos son “de color”.

Incluso algunos de los que han mantenido relaciones sexuales y/o sentimentales con una persona de raza diferente a la suya, tienen prejuicios raciales.
Ese es el caso de Taty, quien ha tenido sexo con hombres negros, pero nunca se ha sentido bien cuando ha ido del brazo con alguno de ellos por la calle, porque “la gente mira”.

Kendry, un joven graduado en Informática de piel mestiza, dijo que el prejuicio racial acabó con uno de sus noviazgos, porque la madre de la muchacha no quería un novio mestizo para su hija blanca.

Sobre la imagen que las personas tienen de los negros, expresó que los actos delincuenciales se achacan casi siempre a personas de esa raza, y que cuando alguno dice algo desagradable, se escuchan frases despectivas como “tenía que ser negro”.

“Hay blancos que pueden ser peores, pero ese es un problema que los negros han arrastrado históricamente, al igual que el de la mujer”, expresó.

La marginación, consideró que es una situación que pervive a nivel de conciencia social, aunque en ese sentido se ha avanzado mucho.

En opinión de Kendry, lo que más existe es la automarginación y el autorracismo, porque los negros al ser tan discriminados a lo largo de la historia, tienen más prejuicios hacia si mismos que los propios negros.

Por su parte, Mercedes, una periodista de raza negra, sostiene que institucionalmente el racismo en Cuba no existe, pero considera que es un problema de educación y cultura y contra eso se trabaja.

Piensa que a los negros, lo frena la autolimitación, aunque eso se puede mejorar si aprovechan más la Revolución como fenómeno de masas.

Ivette, una joven periodista de raza blanca, no establece diferencias entre prejuicio racial y racismo. En Cuba se manifiesta en dos sentidos: de los blancos hacia los negros y viceversa. También existe el racismo de los mestizos hacia los negros porque tienen el anhelo social de adelantar.

Considera que la marginación hacia otra persona por el color de su piel se expresa en el lenguaje despectivo, por ejemplo algunos negros al referirse a un blanco, dicen “blanquito” (a) o blanco (a) lechoso.

No son pocos los que solo conciben entre los blancos y los negros la amistad, no el amor, señaló.

Otra forma en que se aprecia el desprecio a otra persona por su color está presente en los dichos populares.

Acerca de los matrimonios entre personas de razas diferentes,, Ivette piensa que muchos negros que se casan con blancos llevan a cabo una especie de “recolonización racial” y opina que hasta cierto punto es “una venganza social”.
“A los niños, por ejemplo, les enseñan a adelantar, alcanzar un patrón hegemónico en lugar de mantener la diversidad”.

En las instituciones, algunos funcionarios al frente de ellas, otorgan cargos a personas de raza negra para que no los tilden de racistas, aunque por suerte esos son casos aislados, acota.

También piensa que en la televisión se mantienen estereotipos muy conservadores, cuando la realidad es diferente. En ese medio hay poca presencia de personas negras y muchas veces cuando aparecen no son profesionales de nivel, sino obreros o criados.

El racismo es un problema que se transmite a través de la educación a los hijos, es un tema que debe ser más discutido, no dejarlo de la mano porque los avances son demasiado lentos, opinó.

Sobre si se casaría con un negro, dijo que dudaría si esa persona estaría con ella por amor o para adelantar y admitió que es una forma de perpetuar el racismo, porque es lo que ha aprendido.

Una enfermera mestiza, que lacia su pelo con derriz, dijo al ser interrogada: “Yo ando con blancos. Los negros no comen conmigo y si tiene el pelo más corto que yo… peor”.
Giralda una retirada de 63 años, también mestiza, indicó que el racismo y el prejuicio si existen; hay personas que no soportan a los negros, porque piensan que son delincuentes, pero hay negros muy cultos.
“Muchas blancos tienen el corazón negro y muchos negros tienen el corazón blanco. La condición humana nada tiene que ver con el color, sino con el individuo, sostuvo.
Pepe un chofer de 46 años, de piel blanca sostuvo que el racismo existe y se aprecia en muchos lugares.
“En las boutiques casi no se ven mujeres negras, ni mulatas y en la televisión son muy pocas”.

“Yo no soy racista, mi primera novia fue una negra y mi hermano está casada con una negra, que es una blanca, es licenciada y sabe idiomas, pero oígame donde quiera que se pare es una negra”.

Los puntos de vista sobre el racismo en Cuba son interesantes y muestran que aún queda mucho por hacer para echar tierra y pisón a un problema que permanece enquistado en la sociedad cubana.

Mulata de salir

Cuando tuve el primer novio más oscuro de piel que yo, primas, tías, amigas (incluso algunas negras) pusieron el grito en el cielo: “!¿Qué haces con ese negro, niña, si tu eres una mulata de salir?!. Tu eres bonita, tienes pelo. Te imaginas cuando tengas un niño; vas a atrasar la raza.

Nunca he escuchado a ningún hombre piropear a una blanca bonita con el calificativo “de salir”. Simplemente dicen con esa sexualidad criolla a flor de piel “está bonita” o “está buena”, cuando sus formas son perturbadoras.

Pero el aditivo “de salir” es exclusivo para las mulatas, un calificativo elogioso, con tintes peyorativos.

El negrito que es un blanco

Las anécdotas sobre las ocurrencias de los niños, hacen sentir orgullosos a los padres, y divierten a quienes las escuchamos. En uno de esos pequeños respiros que permite la redacción periodística de cada día, una compañera de trabajo contaba una graciosa anécdota sobre un vecinito, de unos tres años que está tercer año del círculo infantil.

Resulta que la mamá de uno de los compañeritos del pequeño fue llamada al círculo porque su hijo se sentía mal. La mujer llegó con cara de preocupación para recoger a su nene, cuando de pronto la abordó un niñito y le dijo: “mamá no se preocupe que su niño está en la enfermería”.

Aquel gesto de un muchacho tan pequeño, para tranquilizarla, sorprendió a la mujer que comentó asombrada y divertida a las seños (cuidadoras) del círculo y a mi compañera, que se encontraba presente “Yo nunca he visto a un negrito, que se comporte como un blanco”.

La rumba*

Raúl Martínez Rodríguez • La Habana

La rumba cubana, compuesta por toques, cantos, bailes y pantomima surgió durante el colonialismo español mientras se producía la expansión azucarera. Es una de nuestras manifestaciones musicales de mayor prestigio folclórico y popular, que se extiende hacia otras naciones.

Sus principales protagonistas fueron los negros libres y sus descendientes, pertenecientes a distintas étnicas africanas como la lucumí, ganga, arará y quizás la más significativa de todas: la gangá-bantú. De ellas se tienen referencias históricas asociadas a esta música bailada desde los siglos XVIII y XIX en sitios como barracones, dotaciones, en los campos y zonas suburbanas como bateyes y caseríos cercanos a los ingenios o fábricas de azúcar. Los hombres realizaban danzas pugilísticas atribuidas a los congos conocidas como “baile de maní”, las cuales pudieran considerarse como rumbas muy primitivas. Esta variante se identificaría más tarde con el nombre de columbia. Las mismas eran acompañadas por un conjunto de tres tambores profanos, muy primitivos y conocidos como de yuca, los cuales se percutían con algunas especies de agogos de metales o guatacas. También existían otras danzas en parejas muy eróticas nombradas de macuta o de yuka las que posiblemente fueron la base de otros estilos de la rumba como el antiguo yambú y el actual guaguancó de carácter más urbano. En los cabildos negros organizados en las ciudades o pueblos se efectuaban rumbas que eran sinónimo de fiesta, donde no solo se bailaba y cantaba, sino que también se ingería alimentos y bebidas alcohólicas, o se hacía bajar un oricha (deidad) para que participara profanamente en la fiesta.

La rumba, generalmente, tiene un carácter improvisado. Cuando no existían los instrumentos musicales que hoy conocemos en los conjuntos de rumba, sus intérpretes se hacían acompañar por cualquier medio sonoro percutido. Los tocadores creaban una compleja y alegre polirritmia, que era la base acompañante para los bailes, cantos y estribillos, los cuales se mezclaban con los golpes de un pequeño tambor rudimentario profano, de origen africano. Los toques de este instrumento acentuaban el ritmo y con frecuencia en medio de la fiesta, eran confiscados racialmente por las autoridades españolas.

La célula rítmica de la rumba es fundamentalmente de procedencia africana, y lo español está dado en el lalaleo, llorao o diana, lo que parece ser que viene del canto andaluz para levantar el canto.

Como en el baile de pareja guaguancó, la letra puede ser picaresca, satírica o canto de puya, unida con una melodía rítmicamente compleja. La hembra baila con coquetería imitando con la cintura el movimiento gracioso de una gallina; y el hombre, a un gallo o palomo, tratando de seducirla y poseerla simbólicamente en un descuido con el llamado vacunao o abrochao (movimiento pélvico de su cintura hacia el sexo de ella, de lo cual ella siempre se cuida).

Se dice que la variante conocida por columbia de origen campesino nació en el antiguo caserío conocido de ese modo en la provincia de Matanzas, en la cual se tiene referencia desde 1880, especialmente en la zona de Sabanilla, Unión de Reyes y Colón. La misma es bailada y cantada por un hombre solo aunque se dice de mujeres como Andrea Baró y Justa Chumbele fueron excelentes intérpretes de este singular modo. Dentro de los hombres se destacaron Celestino Domenech y el legendario José Rosario Oviedo, más conocido por “Malanga”, del pueblo de Unión de Reyes; Esteban Lantrí “Saldiguera”, en la ciudad de Matanzas; y el famoso José Luciano “Chano” Pozo, de La Habana. En estas formas de hacer rumba se levanta el canto con una diana a manera de llorao o lalaleo en el texto, y se acompaña con tambores, cajones, el parche del fondo de un taburete, claves (hechas de “madera de corazón”), una guataca o cualquier hierro. Tiene una línea melódica y letra muy breve llena de vocablos africanos. Su baile es muy ágil, fuerte y viril, donde el bailador demuestra sus habilidades acrobáticas, entre las que se destacan llevar un vaso de ron o agua en la cabeza, tener en las manos peligrosamente unos machetes y en los pies cuchillos a manera de espuelas de gallo. En la rumba, en general, existen varias figuras mímicas e infinidad de figurados rítmicos de origen africano y español que los negros criollos genialmente han procesado musicalmente en toda nuestra isla.

La rumba en el campo se hizo muy conocida desde finales del siglo XIX en Matanzas, La Habana, y en otras zonas como Ciego de Ávila, Florida y Morón en la provincia de Camagüey. Su traslado hacia las últimas zonas citadas se realizaba con frecuencia por la visita de los propios rumberos matanceros.

El estilo conocido como guaguancó tiene como antecesor a la antigua rumba de viejos urbanos conocida como yambú. La rumba más actual conocida como guaguancó surgió en ciudades y pueblos, y en barrios muy humildes y marginales. Tiene una línea melódica y texto mucho más elaborado que el resto de las variantes. La primera parte se canta generalmente a dúo (a la manera de los famosos cantadores matanceros Virulilla y Saldiguera) y se acompaña con un grupo de percusión y medios sonoros como un simple costado de un escaparate, cajones donde venían las velas o el bacalao, cucharas o la botella de aguardiente que se estaba bebiendo. Con los años se fue organizando un conjunto con sus variantes de tres tambores (conga, tumba y quinto o requinto), las claves, güirito, maruga y güiritas de metal o cimarronas (en las muñecas de los tocadores) y un cata, (de madera o de caña brava) y cantantes.

Al igual que en Matanzas, en barrios habaneros como Pueblo Nuevo, Carraguao —del Cerro—, Belén —de La Habana más antigua—, aparecen rumberos muy prestigiosos como Agustín Gutiérrez, Elías Aróstegui, Tomás Erisa, José Luciano Pozo, Ignacio Piñeiro, Silvestre Méndez, Mario Alán, Gonzalo Asencio Hernandez “El Tío Ton”, Calixto Cayava, Pancho Quinto, y de Matanzas Florencio Calle, Juan Bosco Mesa, y gran Chachá, entre otros. Entre las sociedades más importantes podemos destacar dos agrupaciones de rumberos rivales como Los Roncos y El Paso Franco, de los barrios de Pueblo Nuevo y El Cerro, (Carraguao) en La Habana. También existían otros como los nombrados El Lugareño, de Jesús María, El Triunfante, y Los Rápidos Fiñes (de niños) de Belén. En Matanzas se recuerdan otros como La Sorpresa, Los Marinos y el Bando Azul. Existen otras rumberas históricas destacadas en el teatro, cabaret y cines como María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, Rosa Carmina, Amelita Vargas, Ana Gloria Varona y otras, las cuales son mitos en la cultura popular en nuestra América hispana. Agrupaciones de sones legendarias como el Conjunto de Arsenio Rodríguez, Chapottin y sus Estrellas de Chocolate e intérpretes vocales afamados como María Teresa Vera, Celeste Mendoza, Orestes Macías y el actual Paulito FG se mueven dentro de la atmósfera de la rumba en sus actuaciones y canciones. En el pasado y en la actualidad existieron y existen grupos de rumberos muy prestigiosos internacionalmente como los de Chano Pozo, Los Muñequitos de Matanzas, el Grupo Lulú Yorkori de Alberto Zaya, con el cantante Roberto Maza “El vive bien”, Papín y sus rumberos, Los Papines, Carlos Embale, Yoruba Aldabo, con Johanis García, Clave y Guaguancó, Amado Desdeu, Gregorio Hernández “El Goyo” y su Grupo Afrocuba de Matanzas, Tata Güines y Pello el Afrokán, entre otros muchos, que con sus grabaciones y presentaciones personales en distintas partes de Cuba y del mundo han dado a conocer lo más auténtico de la rumba cubana.

*Tomado de La jiribilla

Fuentes:

1-Martínez Rodríguez, Raúl. Rumbeando asere Rumbeando… (inédito)

2-Martínez Rodríguez, Raúl. El porqué de los Muñequitos de Matanzas

3-Reyes Fortún, José. 50 años de la discografía cubana

4-Blanco, Jesús. La fiesta cubana, Rumba.

Número de la revista Salsa Cubana dedicado a este género

Año 4 No ll del 2000, La Habana, Cuba.

El totí carga la fama

Todos los pájaros comen arroz, pero el totí carga la fama, reza un refrán popular, el cual quiere decir que pase lo que pase, la culpa siempre se le va a achacar al negro.

Claro, dicha frase surgió en un momento histórico en que la población negra y mestiza de Cuba, se encontraba oficialmente marginada.
Pero el estereotipo del totí como culpable se encuentra aún tan entronizado en la conciencia popular que resulta difícil borrarlo.

Las personas con las que he conversado sobre el tema piensan que, muchas de las cosas malas que ocurren se achacan a las personas de esa raza porque son responsables de la mayor parte de los delitos o acciones impropias.

Otras consideran que esa visión condicionada durante siglos persiste porque lamentablemente muchos negros no han aprovechado las oportunidades de superación e inclusión social que ha ofrecido la Revolución.

En mi opinión, hay mucho que avanzar para destruir la imagen estereotipada de que blanco corriendo, deportista, y negro corriendo, ladrón.

Recuerdo que hace algún tiempo, un oficial de la policía, amablemente me hizo el favor de adelantarme en su carro por la capitalina calle Santa Catalina. Por el comunicador se escuchó que habían detenido a dos sospechosos, que estaban vestidos con ropa de colores abigarrados.

“Por la descripción de la forma en que están vestidos, sé que esos dos personas son negras”. Se dirigió a mí. Una joven blanca que iba sentada a su lado, sonrió.
Tal vez, el oficial tenía razón. Deseé que estuviera equivocado, como le ocurrió a una compañera de la Universidad. Temprano en la mañana iba camino hacia allá por una acera que abandonó porque a unos pasos delante de ella iba un negro y pensó que podía ser peligroso.

Por la acera del frente, caminaba un mulato muy claro, casi blanco, que le hizo pasar uno de los ratos más desagradables de su vida.

Gracias al negro “peligroso” que acudió a sus gritos no fue violada.
“Yo creía que el malo era el negro y fue mi ángel salvador”, dijo después a los compañeros de aula.

Mi compañera de estudio y el oficial son de las muchas personas que tienen ideas preconcebidas con respecto a los negros, aunque no se consideren a sí mismos como portadores de prejuicio racial alguno.

Empero, contribuyen a perpetuar la imagen del totí como culpable, pese a que todos los pájaros comen arroz…

Prejuicio racial o racismo?

“Yo no soporto a los negros”, dijo un hombre blanco que conversaba conmigo y otras dos muchachas, mestizas, mientras esperábamos ser atendidos por nuestros médicos en el Hospital Oftalmológico Pando Ferrer, de Marianao, popularmente conocido como La Ceguera.

La expresión despectiva hacia las personas con ese color de piel surgió sin provocarla, y dejó atónitos primero, e indignados después a quienes hasta ese momento hablábamos amablemente con esa persona, quien no parecía tener ningún problema mental, si bien, nos había dicho, abandonó la escuela al terminar el noveno grado porque no gustaba de los estudios.

Nos sorprendimos porque nuestro tema de conversación inicial trataba sobre la operación de cirugía refractiva a la que yo había sido sometida para corregir mi hipermetropía.
Después conversamos sobre cosas que nos disgustaban como la mala educación de muchas personas. Fue en ese momento que soltó aquella frase. Para él los negros representan el más puro ejemplo de lo que es la mala educación y la chusmería.

Las jóvenes enmudecieron atónitas y le viraron la espalda. Yo me sentí ofendida, pero decidí preguntarle por qué decía semejante cosa.
“No tengo suerte con los negros. La mayoría son gente chusma, delincuentes, casi todas las personas presas son “de color”, respondió.

“Claro, si alguno me dirige la palabra yo le respondo normalmente -añadió- incluso invitaría a salir a alguna muchacha bonita “de color”, si me agrada, pero realmente no tengo la mejor opinión de los negros en general”.

Entonces le recordé, que los negros y mulatos fueron esclavizados y discriminados durante años, y después, durante la neo colonia, la gran mayoría estuvieron relegados a barrios marginales, y muchos no han podido superar esa etapa de la marginalidad, porque, en mi opinión muy personal, ese un fenómeno que se ha trasmitido de una generación a otra.

La conversación con el muchacho me hizo pensar en un problema que se mantiene latente en la sociedad cubana, con formas muy sutiles de expresión, y que inspiró este blog.

Muchas veces he escuchado expresiones que en mi opinión constituyen manifestaciones solapadas de racismo, y que sobreviven en un país como el nuestro, un verdadero ajiaco racial y cultural.