sábado, 31 de mayo de 2008

Estereotipos II

Segunda parte del Artículo de la Psicóloga Norma Guillard, tomado del Blog Negra Cubana tenía que ser

La mujer negra. Su representación gráfica y los estereotipos en la publicidad.


En Cuba este fenómeno del prejuicio racial ocurrió dada las características históricas en que se enfrentaron hombres y mujeres de diversos orígenes y razas en desigualdad de condiciones y roles sociales, pero con un destino común. Es un legado que la independencia heredó de la colonia como dijo Portuondo Linares en su libro “ Los Independientes de color”. Qué decir entonces de cómo va a representarse al negro, en especial a la mujer negra en cualquier medio gráfico.

La imagen que se ha desarrollado históricamente es de exclusión. No es extraño que no aparezca y más que eso que a veces ni se nota que no aparece o si aparece no muestra la realidad. Como bien lo plantea Manuel Moreno, la esclavitud distorsionó la vida sexual del esclavo y los racistas justificaron estas distorsiones inventando el mito de la sexualidad sádica del negro, la inmoralidad de la negra y la lujuria de la mulata. Mitos que aún se utilizan como recursos para crear imágenes.

Nuestro país, a partir de 1959, ha venido luchando contra todos estos prejuicios e injusticias pero es muy difícil cambiar estados de opinión y sentimientos heredados durante siglos.

La crisis económica cubana, que nosotros llamamos Período Especial y la búsqueda de soluciones a esta etapa, ha llevado este tema por nuevos derroteros. Diversos estudios actuales han demostrado que durante este período, con la transformación a nuestro pesar, de algunos valores sociales y la crisis que sufrieron algunas instituciones, se ha posibilitado que afloren valoraciones que presumiblemente se creían superadas.

Lo cierto es que en las plazas de mayor acceso a la obtención de beneficios económicos, en especial en divisas, como por ejemplo las relacionadas con el turismo, son más frecuentadas las personas blancas que las de raza negra, lo cual demuestra una representación racial desbalanceada de nuestra población.

Recientemente Fidel Castro reconoce en un discurso lo siguiente : “Entre los más crueles sufrimientos que afectan a la sociedad humana – y lo menciono deliberadamente, como se explicara´ después – está la discriminación racial.

La esclavitud, impuesta a sangre y fuego a hombres y mujeres arrancados de Africa, reinó durante siglos en muchos países de este hemisferio, entre ellos Cuba.

Millones de nativos indios la padecieron igualmente. Mientras la ciencia de forma incontestable demuestra la igualdad real de todos los seres humanos, la discriminación subsiste.

Aun en sociedades como la de Cuba surgida de una revolución social radical, donde el pueblo alcanzó la plena y total igualdad legal y un nivel de educación revolucionaria que echó por tierra el componente subjetivo de la discriminación, esta existe todavía de otra manera...

Lo triste es observar como esa pobreza, asociada a la falta de conocimientos tiende a reproducirse... habiendo cambiado radicalmente nuestra sociedad la revolución más allá de los derechos y garantías alcanzados para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país...” Esto demuestra que no es tan simple superar esta etapa, no es solo cuestión de igualdad legal.

La transformación de la conciencia social ocurre de una manera mucho más lenta y se afecta mucho más por los factores objetivos y subjetivos. La investigadora Pérez Alvarez en sus estudios se refiere al rol que juega la familia con relación a la gestación de prejuicios y estereotipos.

Afirma que estos se reproducen en el marco de las relaciones raciales y formas parte de la ideología interactuando con los componentes afectivos y conductuales por la lógica relación de dependencia que tienen los patrones familiares adquiridos.

No es raro aun ver a los padres aconsejando a sus hijos: “no trates de ir a esa plaza que no es para negros” o “Sal de esa casa de blancos que luego se pierde algo y te culpan,” etc. Son estereotipos que van conformando una identidad de conflicto.

Refiere además que no deben faltar análisis sobre la influencia de factores socio- culturales que pueden ser llevados hasta la etnicidad e identidad cultural y nacional. Ese trauma de limitación del desarrollo de diferencia en su cultura tiene que marcar huellas que van a su conciencia individual, conformando así las diferencias individuales. Junto con el hecho de ser un tema del que no se quiere hablar y asumir abiertamente.

El arrastre que se tiene de nuestra historia de esclavitud, que por demás nunca ha sido tratada a nivel cultural como se debe nos ha traído consecuencias a la hora de asumir nuestra identidad mestiza. No se ha trabajado para sentirnos orgullosos de la representación social de los negros, ni de su papel real y grandioso en la historia de la independencia que posibilite un buen sentimiento de pertenencia, ni de sus características físicas.

Por el contrario, lo más frecuente son los mitos casi todos negativos que se refuerzan. Estos siguen llevándose al imaginario colectivo. Lógicamente todo esto pasa de generación a generación: valores relacionados con sentimientos de inferioridad, de mezcla de rebeldía y sumisión. Vivir segregado o excluido conlleva a dichas actitudes. También es cierto que en el proceso de socialización del individuo este debe enfrentarse a normas y valores que se han estructurado por la sociedad donde se ha desarrollado y han ido tomando cuerpo preceptos jurídicos y legales y, sino se realiza un buen trabajo de integración y concientización, quedan arraigadas diversas manifestaciones que llevan a la limitación y predisposición en algunas áreas de participación.

Frantz Fanon refiere que este proceso de adaptación y socialización está determinado por cómo la persona actúa, cómo aprende, cómo trabaja, cómo juega y como se relaciona y en algunos casos ha conllevado a influir en el pensamiento y las creencias de sí mismo, trayendo como consecuencia valoraciones diversas de su autoestima.

El desarrollo de una alta autoestima es parte fundamental para alcanzar plenitud y autorrealización, ya que el ser humano desarrolla su salud mental y física, su creatividad y productividad. Saber reconocerse, saber quien se es, qué se sabe, qué hacer o qué se puede hacer, da muestra de tener conciencia de su capacidad, de su poder y de las oportunidades que tiene. Da fuerza para enfrentarse a cualquier dificultad. Ayuda a saber defenderse cuando se le da a jugar un papel que los esquematiza. Veamos ahora por qué el arquetipo de los valores inferiores está representado por lo negro y qué lugar le toca entonces a la mujer.

Han sido muchos los años que llevamos arrastrando ese estigma de subestimación con la raza negra. Es hora de que deje de verse lo negro como el lado malo de la personalidad. No se sabe cuántas asociaciones negativas conocemos con relación al color negro: negro ni la cazuela, oveja negra, futuro negro, mercado negro, alma de negro, etc.

Dice Ochy Curiel feminista dominicana con razón, que hablar sobre racismo desde una perspectiva de género puede implicar la repetición de un discurso que todavía no se asimila en el mundo. Pienso que aún siendo así ya es hora de que cada día crezcan más las y los interesados en el tema.

Tratar este tema de la imagen de la mujer negra en la publicidad posibilita una forma de visualización de la discriminación de que somos objeto. Si seguimos el curso de la historia aquí narrada vemos cómo sigue siendo el hombre blanco el paradigma válido de “lo humano”.

Las normas que afirman la legitimidad de su dominio se manifiestan a través de estigmas sexuales, raciales y de clase. Por otro lado, ¿qué puede suceder al utilizar la imagen de la mujer negra para la publicidad? No sólo se ha podido comprobar el racismo como una forma histórica de pensamiento a nivel social sino que también se manifiesta en las relaciones privadas, en la filosofía de la vida, y hasta en la concepción de nuestra propia cultura.

Si vamos a las lecturas, novelas, cuentos, historias, textos o gráficas, a veces no aparecemos y si lo hacemos, es, como siempre, reflejando sólo parte de lo real, desde la naturaleza oprimida del ser esclavo y esclava sin destacar los elementos de resistencia desarrollados por esta raza contra su opresión.

En todo caso resaltando el papel jugado por las mujeres negras en el rol que les tocó jugar como vientres reproductores de esclavos o como objetos de satisfacción sexual de sus amos blancos.

No hay comentarios: