jueves, 8 de mayo de 2008

Opiniones

El racismo en Cuba es un problema que está presente a nivel de conciencia social, tanto de blancos hacia negros, de estos con respecto a los primeros y de los mulatos hacia sus congéneres de piel más oscura.
Ese fenómeno tiene formas de expresión muy diversas, incluso entre aquellos que consideran que no son portadores de prejuicios porque sus mejores amigos son “de color”.

Incluso algunos de los que han mantenido relaciones sexuales y/o sentimentales con una persona de raza diferente a la suya, tienen prejuicios raciales.
Ese es el caso de Taty, quien ha tenido sexo con hombres negros, pero nunca se ha sentido bien cuando ha ido del brazo con alguno de ellos por la calle, porque “la gente mira”.

Kendry, un joven graduado en Informática de piel mestiza, dijo que el prejuicio racial acabó con uno de sus noviazgos, porque la madre de la muchacha no quería un novio mestizo para su hija blanca.

Sobre la imagen que las personas tienen de los negros, expresó que los actos delincuenciales se achacan casi siempre a personas de esa raza, y que cuando alguno dice algo desagradable, se escuchan frases despectivas como “tenía que ser negro”.

“Hay blancos que pueden ser peores, pero ese es un problema que los negros han arrastrado históricamente, al igual que el de la mujer”, expresó.

La marginación, consideró que es una situación que pervive a nivel de conciencia social, aunque en ese sentido se ha avanzado mucho.

En opinión de Kendry, lo que más existe es la automarginación y el autorracismo, porque los negros al ser tan discriminados a lo largo de la historia, tienen más prejuicios hacia si mismos que los propios negros.

Por su parte, Mercedes, una periodista de raza negra, sostiene que institucionalmente el racismo en Cuba no existe, pero considera que es un problema de educación y cultura y contra eso se trabaja.

Piensa que a los negros, lo frena la autolimitación, aunque eso se puede mejorar si aprovechan más la Revolución como fenómeno de masas.

Ivette, una joven periodista de raza blanca, no establece diferencias entre prejuicio racial y racismo. En Cuba se manifiesta en dos sentidos: de los blancos hacia los negros y viceversa. También existe el racismo de los mestizos hacia los negros porque tienen el anhelo social de adelantar.

Considera que la marginación hacia otra persona por el color de su piel se expresa en el lenguaje despectivo, por ejemplo algunos negros al referirse a un blanco, dicen “blanquito” (a) o blanco (a) lechoso.

No son pocos los que solo conciben entre los blancos y los negros la amistad, no el amor, señaló.

Otra forma en que se aprecia el desprecio a otra persona por su color está presente en los dichos populares.

Acerca de los matrimonios entre personas de razas diferentes,, Ivette piensa que muchos negros que se casan con blancos llevan a cabo una especie de “recolonización racial” y opina que hasta cierto punto es “una venganza social”.
“A los niños, por ejemplo, les enseñan a adelantar, alcanzar un patrón hegemónico en lugar de mantener la diversidad”.

En las instituciones, algunos funcionarios al frente de ellas, otorgan cargos a personas de raza negra para que no los tilden de racistas, aunque por suerte esos son casos aislados, acota.

También piensa que en la televisión se mantienen estereotipos muy conservadores, cuando la realidad es diferente. En ese medio hay poca presencia de personas negras y muchas veces cuando aparecen no son profesionales de nivel, sino obreros o criados.

El racismo es un problema que se transmite a través de la educación a los hijos, es un tema que debe ser más discutido, no dejarlo de la mano porque los avances son demasiado lentos, opinó.

Sobre si se casaría con un negro, dijo que dudaría si esa persona estaría con ella por amor o para adelantar y admitió que es una forma de perpetuar el racismo, porque es lo que ha aprendido.

Una enfermera mestiza, que lacia su pelo con derriz, dijo al ser interrogada: “Yo ando con blancos. Los negros no comen conmigo y si tiene el pelo más corto que yo… peor”.
Giralda una retirada de 63 años, también mestiza, indicó que el racismo y el prejuicio si existen; hay personas que no soportan a los negros, porque piensan que son delincuentes, pero hay negros muy cultos.
“Muchas blancos tienen el corazón negro y muchos negros tienen el corazón blanco. La condición humana nada tiene que ver con el color, sino con el individuo, sostuvo.
Pepe un chofer de 46 años, de piel blanca sostuvo que el racismo existe y se aprecia en muchos lugares.
“En las boutiques casi no se ven mujeres negras, ni mulatas y en la televisión son muy pocas”.

“Yo no soy racista, mi primera novia fue una negra y mi hermano está casada con una negra, que es una blanca, es licenciada y sabe idiomas, pero oígame donde quiera que se pare es una negra”.

Los puntos de vista sobre el racismo en Cuba son interesantes y muestran que aún queda mucho por hacer para echar tierra y pisón a un problema que permanece enquistado en la sociedad cubana.

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